Hoy en día, podemos ver cada vez más casos de acné después de la adolescencia, con una mayor prevalencia en mujeres que en hombres. El acné en la mujer adulta tiene una forma clínica diferente y está asociado a una fisiopatología característica con factores desencadenantes específicos del género.
El acné de la mujer adulta tiene un impacto muy negativo en la calidad de vida de las pacientes, incluso cuando se presenta de forma leve o moderada. Debido a estos aspectos particulares, el tratamiento del acné adulto debería ser adaptado a las características específicas de esta población, incluyendo otros factores más allá de su severidad.
1- Definición
2- Prevalencia
El acné de la mujer adulta supone 2/3 de las visitas al dermatólogo por problemas de acné, y 1/3 de todas las visitas realizadas por acné se realizan por mujeres mayores de 25 años.[2]
De acuerdo con las diferencias en el diseño de los estudios, sobre la prevalencia reportada por pacientes Vs la reflejada en estudios clínicos, la prevalencia de acné en la mujer adulta puede ser variable:

3-Tipos
Clínicamente, existen 3 subtipos de acné de la mujer adulta[6, 7]:

4-Signos y síntomas clínicos
Los signos clínicos del acné adulto difieren del acné adolescente. A En su forma adulta, su aparición suele ser de forma gradual y comprende normalmente formas leves a moderadas, mientas que el acné adolescente se desarrolla más bruscamente y se presenta en forma severa con más frecuencia.
Las lesiones del acné adulto aparecen en la región del tercio inferior del rostro, en la región perioral y barbilla ( pequeños comedones profundos de <0,5cm) en forma de U. Las lesiones son de tipo inflamatorio ( afectando al 58% de las mujeres), en forma de pápulas, pústulas, nódulos, en sus formas leves-moderadas, con presencia de numerosos comedones abiertos y microquistes, con algunos comedones cerrados.[11] La hiperpigmentación postinflamatoria es común, y pueden aparecer cicatrices en el 20% de las mujeres afectadas.[12] En un estudio de acné postadolescente, el 85% de los pacientes presentaban fundamentalmente acné comedoniano.[13]
5- Patogénesis
La patogénesis del acné en la mujer adulta es particularmente complejo y se ha de tener en cuenta la predisposición genética, la estimulación hormonal androgénica y el microbioma cutáneo. La predisposición genética influye en el número, tamaño y actividad de la glándula sebácea, el control hormonal, el proceso de hiperqueratinización folicular y la inmunidad innata. Los pacientes con progenitores con acné adulto tienen más probabilidad de desarrollar acné adulto.[16] Los andrógenos, que estimulan la producción sebácea vía receptores androgénicos en la glándula sebácea, juegan un papèl importante en el acné de la mujer adulta, como se ha demostrado en tratamientos hormonales con anticonceptivos orales o antiandrógenos, en mujeres con niveles de andrógenos aumentados.[17-21] Cutibacterium acnes es el principal agente bacteriano involucrado en la patogénesis del acné. Los filotipos de C. acnes IA coloniza preferentemente áreas seborreicas de la piel, mientras que otros (IBM II y III) están apenas presentes en las lesiones de acné. C. acnes está involucrado en la estimulación de la hiperqueratinización del folículo, la alteración de la composición sebácea y la respuesta antiinflamatoris de los receptores Toll-like. La coloniación de C.acnes puede provocar estimulación crónica de la respuesta innata, provocando así el inicio y la exacerbación de las lesiones inflamatorias.[11-22]
6- Factores
Se han ideantificado diversos factores ambientales como principales factores desencadenantes o agravantes del acné adulto en las mujeres. Los principales son el tabaco, la exposición solar, cosméticos inadecuados, estrés, algunos medicamentos y la dieta.[7-10,23,24] Estos factores pueden modular otros factores etipatogénicos )(descritos en el punto 5) que desencadenan la formación de lesiones acneicas.

Los brotes de acné en el periodo premenstrual parecen ser más comunes en mujeres adultas y se observan en la mitad de mujeres con acné.[25,26] Estos brotes se deben al aumento del contenido de agua en la pared folicular durante la última semana del ciclo menstrual, y pueden estar más acentuados en pacientes son tratamientos androgénico, o anticonceptivos orales derivados de la progesterona ( primera y segunda generación) que en pacientes que utilicen fórmulas más recientes.[27,28]
7- Calidad de vida
En la mujer adulta, el acné puede tener un impacto importante en su vida, en lo referente al bienestar, actividades sociales, que pueden provocar un impacto en la autoestima, ansiedad, depresión e incluso idea de suicidio. Incluso en mujeres con síntomas leves, el impacto en la calidad de vida es alto.[29] Por lo tanto, el manejo eficaz debe incluir una mejora de la calidad de vida del paciente, incluso en las etapas iniciales. La calidad de vida es un estado emocional, físico, social y funcional del individuo, y para medirlo, las escalas de evaluación más comunes son:[30]

8- Herramienta de clasificacion del acné adulto
Los métodos tradicionales para evaluar la severidad del acné han sido desarrollados generalmente para el acné adolescente.[31] Sin embargo, estos métodos no tienen en cuenta las especificidades del acné adulto, como la severidad diferente en función de la localización facial, o el uso de tratamientos anticonceptivos o el uso de cosméticos. Recientemente se ha desarrollado una Herramienta de Evaluación del Acné Adulto, AFAST, a partir de la Escala Global de Severidad del Acné.[32] La escala AFAST está compuesta por la escala GEA para evaluar la severidad del acné en todo el rostro de forma general, Escala 1 ( Tabla 1) y una segunda escala desarrollada para evalura el acné en la zona mandibular, Escala 2 ( Tabla 2).

Esta nueva herramienta permite al dermatólogo cuantificar de forma más precisa el acné en el rostro y en la zona mandibular, para seleccionar después la terapia más adaptada de una forma más sencilla.[33]
9- Algoritmo de tratamiento
Basado en un consenso clínico entre diferentes expertos en acné, Poli et al. han propuesto un algoritmo de tratamiento del acné fácil de emplear en la práctica diaria de un dermatólogo.[34] El algoritmo propuesto incluye 4 aspectos principales a tener en cuenta a la hora de escoger el tratamiento: las resistencias bacterianas, los anticonceptivos y el empleo de tratamientos tópicos y cosméticos. El algoritmo resalta la especificidad del acné de la mujer adulta. De hecho, la severidad del acné en la zona mandibular es un factor determinante a la hora de elegir el tratamiento más adecuando ( tabla 3).


10- Cuidados cosméticos
El tratamiento del acné puede causar sequedad, irritación, alteración de la función barrera, pérdida de agua transepidérmica e inflamación, lo que finalmente disminuye la adhesión del paciente al tratamiento prescrito. Los cuidados cosméticos adaptados al paciente con acné deben incluir limpiadores para piel grasa y sensible, reguladores de la secreción sebácea, productos con acción antimicrobiana, con propuedades antiinflamatorias o queratolíticas, hidratantes y fotoprotectores ( interesantes para la prevención de la hiperpigmentación postinflamatoria). Todas las mujeres con acné adulto deberían utilizar un limpiador suave sin jabones con un pH cercano a 5.5 y un hidratante oil-free no comedogénico. Los hidratantes deben contribuir a reducir los efectos adversos derivados de los tratamientos tópicos o la isotretinoina oral, mejorando la función barrera, que es esencial para prevenir o reducir la inflamación. Además, de sebe informar al paciente de la importancia de utilizar un cuidado adaptado y evitar productos comedogénicos, ya que pueden limitar la eficacia de sus tratamientos, como el caso del maquillaje en polvo. Sin embargo, el fotomaquillaje puede ser una herramienta interesante dentro de la rutina cosmética, ya que puede mejuorar la calidad de vida, aporta fotoproteccion y mejora la adherencia.[36-38]
11- Adherencia
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud "la mejora de la adherencia puede tener más impacto en la salud de la población en general que cualquier mejora de los tratamientos médicos.[7,39]" De hecho, la adherencia de los tratamientos para el acné suele ser baja. La larga duración del tratamiento, el impacto psicológico, los problemas de estrés y las bajas expectativas de éxito del tratamiento pueden disminuir la motivación del paciente y afectar a la adherencia del tratamiento, lo que puede explicar la mala respuesta al tratamiento. Un abordaje individualizado del paciente puede contrinuir a un manejo fácil, preciso y específico de la mujer con acné adulto, y favorecer una buena y prolongada adherencia al tratamiento.
Este artículo ha sido redactado por profa. Brigitte Dréno