Envejecimiento de la piel desde el punto de vista clínico
Los estudios epidemiológicos han demostrado la influencia de los factores asociados al estilo de vida en el envejecimiento de la piel.5
Los signos del envejecimiento cutáneo intrínseco rara vez se manifiestan antes de los 70 años; la piel se vuelve pálida y seca, con características arrugas finas.
Sin embargo, en las zonas que han estado expuestas de forma permanente a la radiación ultravioleta solar.
Las manifestaciones clínicas son notablemente diferentes: la piel tiene un aspecto cetrino y áspero, a menudo con lesiones de hipopigmentación e hiperpigmentación (manchas de la edad).
La piel envejecida por factores extrínsecos también presenta arrugas profundas con una mayor laxitud, sobre todo en zonas de cambio dinámico debido a la expresión facial como las «patas de gallo» periorbitales.2
La piel envejecida se caracteriza por:3,8
- Un aplanamiento de la unión dermis-epidermis.
- Una marcada atrofia y la pérdida de elasticidad del tejido conectivo dérmico.
- Una reducción y desorganización de los principales componentes extracelulares de la matriz, como el colágeno y otras fibras elásticas, los proteoglicanos y los glicosaminoglicanos.
- El procesamiento de lípidos disminuye con la edad.
- Se reducen las enzimas necesarias para la producción de ceramidas, que tienen una función esencial en el correcto funcionamiento de la barrera epidérmica en la vejez.
- La glicoproteína transmembranal CD44 epidérmica, que se cree que tiene una función reguladora en la proliferación de queratinocitos y el mantenimiento de la homeostasis de ácido hialurónico, disminuye con el paso de los años y puede contribuir al afinamiento epidérmico y al deterioro de sus propiedades viscoelásticas.
Estas alteraciones epidérmicas aumentan la susceptibilidad a un amplio abanico de trastornos cutáneos, como la colonización de bacterias patógenas o la reducción de la cohesión y la hidratación del estrato córneo, que provocan sequedad y prurito, molestias con una alta prevalencia entre individuos de mayor edad y con un notable efecto negativo en la calidad de vida.2
El envejecimiento intrínseco programado genéticamente causa cambios estructurales y funcionales en todas las capas de la piel.
En la epidermis
Ralentización gradual del ritmo de renovación de células epidérmicas, con el consiguiente afinamiento de la epidermis, que le da a la piel envejecida una apariencia translúcida. La merma de la renovación epidérmica también influye negativamente en la función barrera de la piel y los mecanismos de reparación y exfoliación celular.3,9
Los corneocitos tienden a acumularse en la superficie, dándole a la piel un aspecto áspero, escamado y con textura.9
La reducción de melanocitos y la menor actividad funcional de los melanocitos remanentes provoca cambios discrómicos, como manchas de pigmentación, pecas y lentigo. Dado que la piel es más fina y tiene menos melanocitos, es más susceptible a los eritemas solares.9
El envejecimiento también afecta a las células de Langerhans, con una reducción de casi el 50 % en los últimos años de la edad adulta, comprometiendo el nivel de vigilancia inmunitaria de la piel y aumentando el riesgo de cáncer de piel.9
Histológicamente, uno de los cambios más notorios asociados al envejecimiento intrínseco es el aplanamiento de la unión dermis-epidermis, que incrementa la fragilidad de la piel y disminuye la transferencia de nutrientes entre las dos capas.3,9
En la dermis
El número de fibroblastos —así como la síntesis de los productos de los fibroblastos, colágeno y elastina— baja, provocando arrugas y pérdida de elasticidad.3,9
La considerable pérdida de microvasculatura dérmica reduce el aporte de sangre a la piel y contribuye a la atrofia de la piel y sus estructuras anejas.3,9
La pérdida de glándulas sebáceas reduce la producción de sebo y reseca la piel.3,9
Además, el envejecimiento intrínseco conlleva una reducción del tejido graso subdérmico. Esta pérdida de apoyo contribuye a la aparición de arrugas y a la flaccidez (laxitud) de la piel. Debido a la falta de relleno, la piel es más susceptible a traumatismos y contusiones. El deterioro del aislamiento también influye en la capacidad del cuerpo para conservar el calor.9
Envejecimiento de la piel: el papel de las características étnicas
El proceso de envejecimiento cutáneo intrínseco se produce de una forma similar en los distintos tipos de poblaciones; por el contrario, el envejecimiento extrínseco presenta diferencias en cuanto al tiempo de desarrollo y la prominencia de los signos de la edad en distintas poblaciones. Por ejemplo, los individuos caucásicos presentan una aparición más temprana y un mayor grado de arrugas que otros grupos y, en general, más problemas de pigmentación que los asiáticos y los afroamericanos.6
A escala individual, el ritmo de envejecimiento extrínseco de la piel depende del patrón específico de exposición a distintos factores ambientales y de la configuración genética personal. Algunas personas pueden ser más susceptibles que otras a padecer daños cutáneos provocados por causas ambientales.6
Uno de los principales factores para la manifestación del envejecimiento cutáneo específico de un grupo étnico es la determinación genética del tipo de piel, ya que hay variaciones entre etnias en la composición y el contenido de melanina.