Las fotodermatosis pueden definirse como trastornos cutáneos inducidos o exacerbados por la radiación UV distintos a las reacciones agudas como el eritema solar. El eritema solar y el fotoenvejecimiento son procesos que afectan a cualquier persona que haya estado expuesta a un alto nivel de radiación UV. En cambio, las fotodermatosis son reacciones anormales a los rayos UV en ciertos individuos y su factor desencadenante suele ser la radiación UVA (320-400 nm).1,2
Se pueden dividir en enfermedades primarias o secundarias.3 Las fotodermatosis primarias son idiopáticas o tienen su origen en agentes fotosensibilizadores. Las fotodermatosis secundarias suelen aparecer junto a enfermedades sistémicas como el lupus eritematoso o por un problema metabólico (porfirias) o una anomalía en la reparación del ADN (xerodermia pigmentoso).2

Tabla 1. Las fotodermatosis y su clasificación.2,3
Dado que las características clínicas de las fotodermatosis varían enormemente, diagnosticar una fotodermatosis primaria puede ser todo un reto.
Debe sospecharse cuando se producen erupciones cutáneas en zonas expuestas a los rayos UV tras una exposición al sol.
Es importante realizar una evaluación sistémica que incluya la valoración del historial del paciente además de procedimientos de fotodiagnóstico.
Durante el examen físico, el facultativo puede registrar:

A pesar de su complejidad, las fotodermatosis se pueden identificar usando un método sistemático y con un diagnóstico preciso para controlar mejor las reacciones de fotosensibilidad.

En caso necesario, los pacientes deberán valorar cambios en su estilo de vida (por ejemplo, evitar el sol durante las horas centrales del día) o incluso cambios laborales, si su trabajo les obliga a trabajar en el exterior. Obviamente, si se identifica como causante un fármaco externo, deberá evitarse dicho fármaco.3
Aunque las fotodermatosis no son habituales durante la infancia, su aparición provoca incomodidad en el niño y ansiedad en la familia. La gran mayoría de las fotodermatosis en niños son casos de erupciones polimorfas lumínicas.
Diagnosticar fotodermatosis en niños es muy complicado:
Cuando se detecta una fotosensibilidad grave poco después del nacimiento (por indicios como gritos en respuesta a la exposición a la luz o manchas rojizas en los pañales), puede sospecharse de porfiria eritropoyética congénita. Otras dermatosis que pueden aparecer durante el primer año de vida incluyen las porfirias homocigóticas y, en ciertos casos, la porfiria cutánea tarda familiar. El lupus neonatal puede presentarse en las semanas posteriores al nacimiento como un sarpullido eritematoso, policíclico y con descamación que aparece incluso en zonas no expuestas al sol. Por suerte, el lupus neonatal desaparece durante el primer año de vida cuando se elimina el anticuerpo anti-Ro. En los niños con xerodermia pigmentosa puede detectarse una mayor sensibilidad al sol durante los dos primeros años de vida. La urticaria solar suele producirse en niños de mayor edad o adultos, pero también puede presentarse en lactantes.4
Bibliografia