Dermatitis atópica

La dermatitis atópica (DA) es la enfermedad inflamatoria de la piel más común con una prevalencia en las diversas poblaciones que van del 15 al 20% en niños y del 2 al 20% en adultos. Es más frecuente en los países del norte de Europa, y es significativamente menor en las zonas rurales, lo que demuestra la importancia del estilo de vida y el medio ambiente en el desarrollo de la atopia. Su incidencia ha mostrado un aumento de 2-3 veces en las últimas tres décadas en los países industrializados. El inicio suele ser temprano, durante los primeros meses de vida; en el 90% de los casos se presenta antes de los 5 años. La DA resulta de la interacción entre los factores ambientales y los factores genéticos que causan cambios en la barrera cutánea, cambios inmunológicos e hiperreactividad a los estímulos ambientales. Recientemente se ha demostrado que las anomalías funcionales de la barrera epidérmica preceden a los procesos inflamatorios.



Signos y síntomas


La enfermedad presenta un curso recurrente crónico y se caracteriza por lesiones eccematosas que en la fase aguda son eritematosas-exudativas y en la fase subaguda y crónica se vuelven eritematosas-escamosas y liquenificadas. El prurito es el síntoma predominante. La morfología de las lesiones y las ubicaciones afectadas varían según la edad, y por este motivo se distinguen 3 etapas: a) lactante (primeros meses de vida a 2 años); b) niño (de 3 a 12 años); c) adolescente y adulto (después de los 10 años de edad).

El diagnóstico es clínico y se basa en los criterios de diagnóstico de Hanifin y Rajka (Tabla 1); en los primeros 3 meses de vida según los criterios de Bonifazi (tabla 2).

Fuente Hanifin and Rajka. Acta Derm Venereol (Stockh) 1980;92:44-7

Para determinar un diagnóstico de dermatitis atópica en los primeros tres meses, el criterio 1 debe estar presente junto con el criterio 2a y / o 2b.

Fuente Bonifazi E. Infantile eczema. Acta Dermato-Venereol 1994;(Suppl 196):12

Etapa de bebé e infancia


Se manifiesta clínicamente por manchas rojas, edematosas, a menudo superpuestas con ampollas (eczema Madidans).

Ubicaciones: Típicamente en la cara, particularmente en las mejillas, la frente y la barbilla, y típicamente no afecta la región perioral. Las lesiones suelen ser bilaterales y simétricas. Otros lugares son el cuero cabelludo, la superficie extensora de las extremidades y el tronco. La extensión de las lesiones varía desde formas claramente definidas hasta formas difusas; sin embargo, las formas eritrodérmicas son raras. Se acompaña de prurito y, en la piel más joven, molestias y trastornos del sueño.

Fase bebé


Se manifiesta clínicamente por lesiones eccematosas secas caracterizadas por enrojecimiento, ligera descamación e infiltración con aumento en el perfil normal de la piel debido al rascado.

Localizaciones. Los síntomas afectan la cara y predominantemente las ubicaciones periorificiales, perioculares y periorales, el cuello, las fosas antecubital y poplítea, el dorso de las manos y las muñecas y los tobillos. El prurito suele ser intenso.

Adolescencia y edad adulta


Las lesiones eccematosas tienden a estar más infiltradas y puede haber pápulas, a veces excoriadas, o placas. Las ubicaciones más comunes son la cara, especialmente las regiones periorificiales, el pliegue del cuello, la nuca, las áreas de flexión de las extremidades y las manos. El prurito suele ser intenso y las lesiones por rascarse suelen estar presentes.


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Dermatitis atópica

La dermatitis atópica (DA) es la enfermedad inflamatoria de la piel más común con una prevalencia en las diversas poblaciones que van del 15 al 20% en niños y del 2 al 20% en adultos. Es más frecuente en los países del norte de Europa, y es significativamente menor en las zonas rurales, lo que demuestra la importancia del estilo de vida y el medio ambiente en el desarrollo de la atopia. Su incidencia ha mostrado un aumento de 2-3 veces en las últimas tres décadas en los países industrializados. El inicio suele ser temprano, durante los primeros meses de vida; en el 90% de los casos se presenta antes de los 5 años. La DA resulta de la interacción entre los factores ambientales y los factores genéticos que causan cambios en la barrera cutánea, cambios inmunológicos e hiperreactividad a los estímulos ambientales. Recientemente se ha demostrado que las anomalías funcionales de la barrera epidérmica preceden a los procesos inflamatorios.



Signos y síntomas


La enfermedad presenta un curso recurrente crónico y se caracteriza por lesiones eccematosas que en la fase aguda son eritematosas-exudativas y en la fase subaguda y crónica se vuelven eritematosas-escamosas y liquenificadas. El prurito es el síntoma predominante. La morfología de las lesiones y las ubicaciones afectadas varían según la edad, y por este motivo se distinguen 3 etapas: a) lactante (primeros meses de vida a 2 años); b) niño (de 3 a 12 años); c) adolescente y adulto (después de los 10 años de edad).

El diagnóstico es clínico y se basa en los criterios de diagnóstico de Hanifin y Rajka (Tabla 1); en los primeros 3 meses de vida según los criterios de Bonifazi (tabla 2).

Fuente Hanifin and Rajka. Acta Derm Venereol (Stockh) 1980;92:44-7

Para determinar un diagnóstico de dermatitis atópica en los primeros tres meses, el criterio 1 debe estar presente junto con el criterio 2a y / o 2b.

Fuente Bonifazi E. Infantile eczema. Acta Dermato-Venereol 1994;(Suppl 196):12

Etapa de bebé e infancia


Se manifiesta clínicamente por manchas rojas, edematosas, a menudo superpuestas con ampollas (eczema Madidans).

Ubicaciones: Típicamente en la cara, particularmente en las mejillas, la frente y la barbilla, y típicamente no afecta la región perioral. Las lesiones suelen ser bilaterales y simétricas. Otros lugares son el cuero cabelludo, la superficie extensora de las extremidades y el tronco. La extensión de las lesiones varía desde formas claramente definidas hasta formas difusas; sin embargo, las formas eritrodérmicas son raras. Se acompaña de prurito y, en la piel más joven, molestias y trastornos del sueño.

Fase bebé


Se manifiesta clínicamente por lesiones eccematosas secas caracterizadas por enrojecimiento, ligera descamación e infiltración con aumento en el perfil normal de la piel debido al rascado.

Localizaciones. Los síntomas afectan la cara y predominantemente las ubicaciones periorificiales, perioculares y periorales, el cuello, las fosas antecubital y poplítea, el dorso de las manos y las muñecas y los tobillos. El prurito suele ser intenso.

Adolescencia y edad adulta


Las lesiones eccematosas tienden a estar más infiltradas y puede haber pápulas, a veces excoriadas, o placas. Las ubicaciones más comunes son la cara, especialmente las regiones periorificiales, el pliegue del cuello, la nuca, las áreas de flexión de las extremidades y las manos. El prurito suele ser intenso y las lesiones por rascarse suelen estar presentes.


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